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1748

El 31 de enero, Fernando VI promulgó en el Buen Retiro una “Ordenanza que su Majestad manda observar para la Cría, Conservación, Plantíos y Corta de los Montes, con especialidad los que están inmediatos a la Mar, y Ríos Navegables”
Afectaba a todos los montes y obligaba a marcar en ellos todos los árboles considerados útiles para la construcción naval; además establecía una serie de limitaciones a los aprovechamientos del monte por parte de los vecinos, a quienes quedaban reservadas las hojas, la leña y la bellota, pero que debían solicitar licencia justificada para sacar maderas para la construcción o reparo de sus casas, comprometiéndose a plantar tres árboles por cada uno cortado; se imponía también a los pueblos el crear un vivero cercado en la mejor parte del monte en el que cada vecino debía plantar tres árboles cada año; finalmente creaba un tribunal especial de Marina para juzgar y castigar a los contraventores.

Para hacerse una idea de la importancia para la Marina de este asunto, recordaremos que un destacado oficial del Departamento de Cádiz y constructor naval, Ciprián Autrán, calculaba una media aritmética de 2.574 árboles para construir un navío de 70 cañones.


Una nueva Ordenanza de Montes de 1833 sustituyó a la de 1748, relajando las medidas exigidas hasta este último año. Para vigilar el cumplimiento de la Ordenanza de 1748 fueron nombrados unos representantes de la Marina en Morella, de los que hemos identificado a los siguientes:

COMISARIO DE MONTES DE MARINA DE MORELLA

Pedro López Chaves (1785-1788)
Ramón Martínez (1788-1793)
José de Faba (1793-1794)
Domingo de Hezeta (1794-1800)

SUBDELEGADOS DE MONTES DE MARINA DE MORELLA

Joseph Llaniella (1770)
Tomás Agustín de Prades (1785-1794)
Manuel Vindel (1794-1798)
Gabriel de Luján (1798-1808 y 1816-1820)

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