El
31 de enero, Fernando VI promulgó en el Buen Retiro una “Ordenanza que su
Majestad manda observar para la Cría, Conservación, Plantíos y Corta de los
Montes, con especialidad los que están inmediatos a la Mar, y Ríos Navegables”
Afectaba
a todos los montes y obligaba a marcar en ellos todos los árboles considerados
útiles para la construcción naval; además establecía una serie de limitaciones
a los aprovechamientos del monte por parte de los vecinos, a quienes quedaban
reservadas las hojas, la leña y la bellota, pero que debían solicitar licencia justificada
para sacar maderas para la construcción o reparo de sus casas, comprometiéndose
a plantar tres árboles por cada uno cortado; se imponía también a los pueblos
el crear un vivero cercado en la mejor parte del monte en el que cada vecino
debía plantar tres árboles cada año; finalmente creaba un tribunal especial de
Marina para juzgar y castigar a los contraventores.
Para
hacerse una idea de la importancia para la Marina de este asunto, recordaremos
que un destacado oficial del Departamento de Cádiz y constructor naval, Ciprián
Autrán, calculaba una media aritmética de 2.574 árboles para construir un navío
de 70 cañones.
Una
nueva Ordenanza de Montes de 1833 sustituyó a la de 1748, relajando las medidas
exigidas hasta este último año. Para vigilar el cumplimiento de la Ordenanza de
1748 fueron nombrados unos representantes de la Marina en Morella, de los que
hemos identificado a los siguientes:
COMISARIO DE MONTES DE MARINA DE MORELLA
Pedro
López Chaves (1785-1788)
Ramón
Martínez (1788-1793)
José
de Faba (1793-1794)
Domingo
de Hezeta (1794-1800)
SUBDELEGADOS DE MONTES DE MARINA DE MORELLA
Joseph
Llaniella (1770)
Tomás
Agustín de Prades (1785-1794)
Manuel
Vindel (1794-1798)
Gabriel
de Luján (1798-1808 y 1816-1820)
No hay comentarios:
Publicar un comentario