El asedio de Baler (30 de
junio de 1898 - 2 de junio de 1899) fue la defensa de la última posición
española en las islas Filipinas. Durante casi un año, 54 soldados españoles
resistieron el ataque de 400 soldados tagalos en el interior de la pequeña
iglesia de Baler. Dos de ellos eran castellonenses: Emilio Fabregat, natural de
Salsadella, y Ramón Ripollés, natural de Morella. Después
de 337 días, el teniente Saturnino Martín Cerezo y sus compañeros, 31
supervivientes, salieron de la iglesia, harapientos, con los fusiles Máuser
enmohecidos, sin municiones, desfilando con orgullo y con la cabeza bien alta y
recibiendo los honores de las tropas tagalas.
Un querido amigo y constante colaborador del Aula Militar, Juan José
Salvador, nos ha remitido una interesante fotografía de la Iglesia de Baler en
Filipinas muy poco después de su abandono por los españoles que allí estuvieron
sitiados. Un soldado norteamericano hace guardia ante la puerta de la iglesia. La
otra imagen es de la iglesia en la actualidad, pues fue reconstruida en 1939
por orden de Aurora Quezón, esposa del primer presidente de Filipinas, ya que
ambos eran naturales de Baler.
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